Recientemente
Peña Nieto ha rechazado participar en el debate convocado por estudiantes del
movimiento más de 131, el cual se realizará en próximo 19 de junio a las 20
horas.
Este hecho puede
parecer obvio para algunos, en especial para los que han estado interesados en
el desenvolvimiento del candidato en campaña
cuando realiza actos en ambientes no controlados.
Pero en esta
perspectiva todo esta resuelto, es fácil decir que no asiste a debates no
oficiales (que sean promovidos por le IFE) debido a sus resultados como
candidato a la presidencia y eso es más que obvio, gracias a sus actuaciones que más que sumarle puntos a su campaña, la han
deteriorado. Pero creo que no sólo es una simple consecuencia lógica que tomó
su equipo de campaña, para protegerlo de su desempeño en actos públicos no premeditados de esos actos donde se requiere algo más que un discurso prefabricado y un
simple recorrido donde se deja alcanzar por la gente que lo rodea. Tiene que ver con un
asunto más profundo y se relaciona precisamente con su nula apertura
al dialogo no simulado, al dialogo no escrito previamente. Este es un gran
problema, del cual sale a relucir numerosas contradicciones quizá menos de las
que se ha tenido que desvincular él, su partido y sus compañeros políticos cercanos en
estos últimos meses (pues no basta una desvinculación para resolver los problemas de
corrupción que miembros de su partido han exhibido).
Es entonces
cuando podemos enumerar estas precisas contradicciones, que en el mejor de los
casos corresponden a la dinámica que presentan la mayoría de las campañas políticas
actualmente, estas campañas están ligadas esencialmente a la propaganda, al
contenido masivo de una imagen, una idea, que se promueve por todos los medios,
sin tomar en cuenta algún presupuesto, el fin es vender, vender la idea de un
candidato, el mal llamado “favorito”, y digo mal llamado debido a las manifestaciones en su contra
que han surgido en los últimos días demuestra que al menos, no es favorito entre la
juventud (actos como la marcha masiva llamada marcha Anti Peña).
Una idea o imagen
vendida a través de la propaganda, repetida hasta el cansancio puede sonar
verdadera en apariencia, pero en esencia las cosas cambian.
De lo cual
podemos decir que aunque inviertan tanto en una idea o campaña publicitaria, en
algún momento si esta no corresponde con la realidad se da una ruptura entre
los receptores y los emisores, en nuestro caso fue una ruptura de conciencia,
es decir que la gran mayoría nos dimos cuenta de la gran diferencia entre lo que este candidato y su
proyecto de nación representan para nuestro país y lo que intentaron hacer que creyéramos.
La retórica de sus propuestas difundidas de sobra, chocan de frente con la
realidad, para demostrar que no son reales y más que importarle la
nación, su campaña esta más enfocada en una imagen, construida poco a poco, pero no infalible contra lo que actos como el de Atenco le terminaron poniendo cerco en cuestión de días.
¿Democrático y abierto al dialogo?
Él ha expresado en redes sociales estar abierto al dialogo con los jóvenes. Pero en esta ocasión dio la vuelta a sus palabras, la imagen falló, la realidad le exigió más de lo que sus campaña pueden dar, de lo que se deduce que todo lo que pueda decir hoy, en cuanto la realidad le exija lo propio, él usará cualquier pretexto para “no cumplir” como lo demuestra su cancelación al debate convocado, sus pretextos son:
El movimiento es
Anti Peña y que él no asiste a debates no oficiales.
Sus argumentos
llaman la atención, que tal si invertimos el ejemplo para empezar; sí el
movimiento es Anti Peña, así lo decidieron en asamblea y democráticamente los
estudiantes. En política y en la vida uno se encuentra con personas que interactúan
en un medio y en donde cada una tiene una forma diferente de ver las cosas,
cuantas veces hemos tenido que hablar con personas que piensan diametralmente
opuesto a nosotros, cuantas veces las personas que tienen diferentes puntos de
vista acerca de algo han entablado dialogo con nosotros, si lo pensamos así
pues eso sucede diario. Entonces la pregunta es: ¿Cómo será un candidato que se
niega a hablar con alguien que no esta de acuerdo con su proyecto? ¿Cuál es la
solución que propone si no es el dialogo para discutir nuestras diferencias? No
basta con esconderse de las personas que no están de acuerdo con su proyecto, a
fin de cuentas siempre las habrá.
Entonces ¿porque
no acepta dialogar con personas que no piensan igual que él? Es como decir: tú no estas de acuerdo con mis
propuestas, entonces no tengo por que hablar contigo, esto es una pésima actitud
para un candidato.
Ahora hacemos una
comparación, si para ellos un debate
oficial es aquel que convoca una institución como el IFE, y uno no oficial es
el que convoca algún sector del pueblo, por ejemplo los estudiantes, lo que dan
a entender es: que consideran a la voz del pueblo que hoy les exige un debate, como
no oficial.
Por lo que
nuevamente pregunto: ¿La voz del pueblo que exige un debate o mejores condiciones
de vida, por ejemplo, no es algo oficial para ustedes?
Para mi es lo más
genuino, un pueblo que pide diálogo; y lo más irracional es no dárselo, y
pretender engañar con comerciales, mostrando una imagen incongruente con sus
actos.
Es sencillo,
dialoguen con personas que no piensan como ustedes eso es un síntoma de la
democracia, y por otra parte el pueblo tiene voz y esta es tan oficial como su
voto.
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